Llega el invierno, y con ello una serie de ofertas previas a las festividades que se avecinan, y casi nunca pensamos en dejar de comprar. Descuentos, bonificaciones, monederos, meses sin intereses… ¿cómo pasar por alto estas grandes oportunidades? ¿cómo decirle que no a esa pantalla plana, o a ese nuevo modelo de celular?
Total el dinero va y viene, ¿no?
Ojalá fuera tan sencillo. En México, cada vez más personas contratan una tarjeta de crédito, sin embargo el índice de morosidad de éstas ronda sobre el 5.32%. Esto quiere decir que ese porcentaje de personas gastan más de lo que pueden cubrir y al final lo pagan con los intereses. Y gran parte de esta deuda se adquiere en estas fechas. El problema empieza cuando las personas salen de la euforia de las compras y se enfrentan a los gastos corrientes como la gasolina, renta, comida, sumado a que deben de cubrir sus deudas, aunque sean a meses sin intereses.
Pero no es sólo el dinero.
Según la secretaría del medio ambiente y recursos naturales (SEMARNAT), cada habitante genera en promedio 1.2 Kg de residuos sólidos urbanos al día, o en otras palabras, ¡438 kg al año! Pero esto no es todo, la cifra aumenta cada año. Para que nos demos una idea del impacto, en el 2003 producíamos 63.1% menos residuos que ahora.
El Consumo responsable es más importante que dejar de comprar.
Ante esta situación con graves impactos sociales y ambientales surge el día mundial sin compras. Éste se celebra el último viernes de noviembre, desde hace 24 años. Activistas ambientales se han unido para concientizar a los consumidores sobre qué tanto necesitan y desean un producto y las consecuencias financieras propias que tendrá, así como el impacto social y ambiental.
Si bien vivimos en una economía basada en el consumo, esto no quiere decir que no podemos hacer nada para reducir el impacto negativo. La respuesta está en consumir responsablemente. Esto quiere decir que debemos ajustar el consumo a nuestras necesidades reales y a las del planeta; escoger calidad sobre cantidad y priorizar productos que tengan mínimo impacto ambiental.
Aunque la mayoría de las ofertas que encontremos en estas fechas puedan parecernos verdaderas gangas, debemos recordar que sólo es una oportunidad si está en oferta algo que ya íbamos a comprar.
Te invitamos a que seas parte del día de no consumo, y a pensar dos veces antes de deslizar la tarjeta de crédito: ¿en verdad necesitas ese producto o sólo lo compras porque está en oferta?